El miembro de la Coordinadora Nacional de Solidaridad con la isla en la provincia de Panamá, Javier Medina, consideró que se trata de un acto de guerra en tiempo de paz que se ejerce de manera unilateral contra ese pueblo y otras naciones para impedir su intercambio en todas las esferas.
En declaraciones a Prensa Latina, Medina señaló que no cejarán en la lucha por eliminar el cerco y demandó que cese el genocidio más largo de la historia contra una nación, al tiempo que recordó que en 29 ocasiones la Asamblea General de Naciones Unidas, en mayoría, ha pedido el fin de la política de asfixia económica.
Por su parte, el periodista David Carrasco, director del diario Bayano Digital, dijo a Prensa Latina que la nación antillana no está sola en su justo reclamo por eliminar la inhumana medida y sus cada vez más estrictas sanciones.
«Cuba no deja de ser solidaria con otras causas emancipadoras y calidad de vida de los pueblos; ejemplo en la salud, la educación, la ciencia y la cultura. En esas acciones de humanismo jamás podrá ser bloqueada», enfatizó.
Otras agrupaciones como la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá y el Movimiento Nacional Comunal Federico Brittón condenaron el bloqueo y exigieron su cese inmediato.
También reprodujeron fragmentos de la declaración del Gobierno de la isla este jueves en la que denuncia la vigencia durante más de 60 años de esa agresión formalmente anunciada el 3 de febrero de 1962 por el presidente John F. Kennedy, cuando emitió la Proclama 3447, pero que data desde el mismo triunfo de la Revolución, en 1959.
El documento establece que, a partir de entonces, la política se consolidó como eje central de la estrategia dirigida a coartar el derecho legítimo de los cubanos a defender su soberanía y forjar un proyecto emancipador, ajeno a la dominación imperialista.
También precisa que el bloqueo representa daños acumulados en estas seis décadas ascendentes a 144 mil 413,4 millones de dólares a precios corrientes.
En el contexto del enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19, la medida llega a límites insospechados de crueldad, al obstaculizar donaciones solidarias, tratar de entorpecer el desarrollo de las vacunas cubanas y limitar las posibilidades de acceder a medicamentos e insumos básicos, remarca ese texto.
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