La hipótesis del ejercicio parte de un evento de 7,2 en la escala de Richter a las 07:00 hora local y réplicas importantes dos horas después que provocarán colapso total o parcial de edificaciones, personas desaparecidas y atrapadas, así como heridos, muertos y la necesidad de evacuar áreas pobladas.
En este escenario complejo entrarán en acción expertos y unidades de Costa Rica, Panamá, El Salvador, Honduras y República Dominicana con el fin de aunar esfuerzos para responder al llamado internacional de auxilio por parte del gobierno de Guatemala con el liderazgo de Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres.
La víspera, los participantes desarrollaron varios ejercicios al mando del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana como la recepción y presentación de los equipos de Rescate Urbano nacionales y extranjeros que juntarán esfuerzos una vez más hoy para «salvar vidas».
Liquidación de incendios tanto por vía aérea como terrestre, activación de equipos de búsqueda y rescate urbano y del Grupo de Respuesta a Incidentes con Materiales Peligrosos, fueron algunos de los procedimientos ensayados previo al cierre del II Simulacro Regional este viernes.
Desde el pasado lunes comenzaron las acciones con el objetivo de fortalecer las capacidades de los sistemas nacionales de Protección Civil y Gestión Integral de Riesgo como parte del mecanismo del Sistema de la Integración Centroamericana.
Como trasfondo, los guatemaltecos rememorarán el terremoto que este día enlutó al país con saldo de alrededor de 23 mil fallecidos y 77 mil heridos, una madrugada descrita por los sobrevivientes como de pánico y destrucción.
Los reportes de la época describen que duró solo 49 segundos y su epicentro se localizó a más de 160 kilómetros al noroeste de esta capital, en Los Amates, Izabal.
Causó una ruptura visible de 230 kilómetros a lo largo de la Falla del Motagua, desde Puerto Barrios, en el oriente, hasta Chimaltenango en el occidente.
Miles de familias enlutadas y sin hogar (258 mil casas destruidas), calles llenas de escombros y edificios a punto de caer, el fatídico fenómeno natural hizo que la atención mundial se volcara hacia Guatemala para documentar lo que transcurría después de la emergencia y el drama humano de los sobrevivientes.
Por suerte, este viernes volverán a sonar las alarmas, se vivirá algún que otro sobresalto y las sirenas se abrirán paso en el complejo tráfico de esta capital, pero solo a modo de simulacro para ganar en capacidad de respuesta.
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