El informe suscrito por Joe Lauria señaló que esta acción es parte de la “manía bélica” de la Casa Blanca.
Recientemente, Hawley abordó las «amenazas» rusas, pero dijo que ir a la guerra con Moscú sobre Ucrania no estaba en los intereses de Estados Unidos, que debería ir tras China en su lugar, algo que contrarió a la Casa Blanca, según declaraciones de la secretaria de Prensa, Jen Psaki.
Puntualizó el articulista que el grado en que la Casa Blanca no tolerará ninguna disidencia contra su mensaje de guerra contra Rusia se reveló cuando Psaki condenó a Hawley como «propagandista ruso» por simplemente cuestionar el impulso de la guerra sobre Ucrania.
La funcionaria acusó al congresista de «repetir como un loro los temas de conversación rusos» por enviar una carta al secretario de Estado Antony Blinken en la que cuestionaba el impulso de la guerra.
«Si usted se limita a digerir la desinformación rusa y a repetir como un loro los argumentos rusos, no está en consonancia con los valores estadounidenses bipartidistas de larga data», dijo Psaki a los periodistas en una sesión informativa habitual de la Casa Blanca.
Esos valores son presuntamente «defender la soberanía de países como Ucrania… su derecho a elegir sus propias alianzas y también oponerse claramente a los esfuerzos -o intentos, o posibles intentos- de cualquier país de invadir y tomar el territorio de otro país», expresó.
«Eso se aplica al senador Hawley, pero también se aplica a otros que pueden estar repitiendo como loros los argumentos de los líderes propagandistas rusos».
La palabra «otros» es ominosa. Puede entenderse como cualquier otro miembro del Congreso de Estados Unidos, los medios de comunicación independientes de Estados Unidos o los estadounidenses de a pie, remarcó Lauria.
El analista indicó el que calumniar a los críticos del gobierno como agentes de una potencia extranjera es el truco más antiguo del libro. Los manifestantes contra la guerra de Vietnam fueron tachados de apologistas de Hanoi y los críticos de la invasión de Irak en 2003 de chiflados de Saddam, apuntó.
Aunque apoyó enviar ayudas a Kiev y otros apoyos, en su misiva a Blinken, el senador cuestionó que Washington deba entrar en guerra por Ucrania, señaló Lauria, redactor jefe de Consortium News y antiguo corresponsal en la ONU de The Wall Street Journal, Boston Globe y otros muchos periódicos.
El menosprecio al político muestra cómo la administración cierra el debate sobre la cuestión que más lo merece en una supuesta democracia, a saber, la cuestión de la paz o la guerra.
El hecho de que el objetivo de la Casa Blanca sea un miembro del Senado, encargado constitucionalmente de declarar la guerra, es aún más alarmante, subrayó.
oda/lb