El medio de prensa, que reveló el escándalo a mediados del pasado mes, presentó nombres de numerosas figuras públicas que presuntamente fueron blanco de las escuchas ilegales.
Entre los objetivos estuvieron Aviram Elad, ejecutivo del Canal 13; Avi Berger, exdirector general del ministerio de Comunicaciones, y el empresario Rami Levy, fundador de la cadena de supermercados de igual nombre.
Asimismo, los alcaldes de las ciudades de Netanya, Miriam Feirberg; de Kiryat Ata, Ya’acov Peretz, y de Holon, Moti Sason, al igual que varios activistas sociales, entre ellos críticos de la brutalidad policial contra la minoría etíope.
La pasada semana, el ministro de Seguridad Pública Omer Barlev admitió que la policía utilizó de forma ilegal el programa de espionaje en varios casos, después de negarlo en varias oportunidades.
En una entrevista con el diario Yedioth Ahronoth, Barlev reconoció el uso de ese software, aunque minimizó el problema.
“Uno, dos investigadores, 10, podrían haber utilizado aplicaciones que no estaban permitidas”, apuntó.
Calcalist denunció que la orden de utilizar el programa, creado por la firma NSO Group, fue dada por oficiales de policía de alto rango y ejecutada por el Equipo de Operaciones Especiales de la división cibernética de ese cuerpo.
Según la fuente, los agentes espiaron en 2020 las conversaciones de numerosas personas, en varios casos para buscar evidencias de corrupción.
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