Los siete días pasados vimos más de 4,8 millones de casos nuevos y una cifra superior a las 33 mil muertes en nuestra región, precisó en rueda de prensa la directora general de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne.
Si bien todavía la trasmisión es muy alta, las infecciones y hospitalizaciones comienzan a disminuir en algunos países, subrayó la autoridad, quien advirtió que las muertes alzaron un 13 por ciento, con mayor incidencia en partes de América Central y del Sur.
Cuando miramos más de cerca, añadió la experta, se destaca una tendencia: las naciones con índices elevados de cobertura de vacunación están viendo menos admisiones y fallecidos en las unidades de cuidados intensivos.
Esa realidad –aseveró Etienne- enfatiza la importancia de ampliar el acceso a los fármacos antiCovid-19, incluidos los refuerzos, donde estén disponibles, para salvar vidas, acotó.
La directora general de la OPS sumó a su exposición las desventajas del personal de la salud en el continente, incluso antes de la pandemia, que solo se exacerbaron a partir del nuevo coronavirus, reflexionó.
Años de inversión insuficiente en nuestros servicios sanitarios, sistemas de información obsoletos y malas condiciones laborales hicieron que el trabajo del personal de blanco fuera aún más desafiante, remarcó la doctora.
La Covid-19 reveló un déficit en la disponibilidad de empleados de la salud, una distribución desigual y una capacitación inadecuada, señaló Etienne.
Y si bien estos números varían según el país, ilustran cuán grave era la situación, expresó Etienne, para quien dos años después, «aprendimos muchas lecciones sobre cómo apoyar mejor a los sanitarios, especialmente cómo la planificación y las inversiones pueden marcar una gran diferencia».
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