Según revelaciones del autor principal y candidato a doctorado en el Instituto de Ciencias Marinas de Virginia, Andrew Corso, la investigación fue capaz de probar que el calor creciente de la superficie del mar y una disminución del hielo marino están asociados con una menor abundancia de larvas de peces de plata antárticos.
Dicha especie, fuente de alimento para pingüinos, focas y otras especies marinas, podrían desaparecer por completo y provocar cambios importantes en el ecosistema, consideró el experto tras analizar más de siete mil especímenes recolectados durante 1993 y hasta 2017.
Uno de las mayores amenazas para la vida de estos pequeños animales, ahondó el entendido, es la pérdida de masa de los glaciares donde estos suelen depositar sus huevos y que también sirve como área de crianza para las larvas recién nacidas.
A juicio de Corso, con el cambio climático precipitado que afecta al oeste de la península antártica, estos peces corren un alto riesgo de extinción lo que traería aparejados cambios tanto hacia arriba como hacia abajo en la red alimenticia.
“Nuestros hallazgos respaldan una estrecha tolerancia al hielo marino y a la temperatura para adultos y larvas de lepismas, y muestran que requieren suficiente cobertura de hielo marino para desovar con éxito», señaló.
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