A mediados de semana las autoridades sudanesas detuvieron a Wagdi Salih, miembro del Comité para la Remoción del Poder (ERC), encargado tras la deposición del expresidente Omar al Bashir, de combatir la corrupción y recuperar fondos malversados por su gobierno.
Notamos con asombro tweets carentes de tacto y prudencia diplomática difundidos por algunos embajadores acreditados en Sudán en relación al arresto de dos ciudadanos sudaneses bajo las provisiones de leyes nacionales, señala la comunicación de la cancillería.
Aunque se abstiene de nombrarlos los embajadores en cuestión representan a Estados Unidos, Noruega y el Reino Unido, miembros de la llamada troika europea para observar la crisis sudanesa, además de Canadá y Suiza.
El exministro y el prominente miembro del ERC enfrentan cargos criminmales relacionados con fondos públicos, declaró por su parte el asesor de prensa del Consejo Soberano de Transición Tahir Abu Haja, sin proporcionar más detalles.
La colisión entre el gobierno sudanés y los embajadores sigue al reinicio de protestas la víspera en esta capital contra el predominio de los militares en la vida política sudanesa.
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