Aunque el gobernante conservador trató esta semana de alejar la atención sobre el llamado ´partygate´ con un viaje relámpago a Bruselas y Polonia por la situación en torno a Ucrania, la Policía Metropolitana le envió un cuestionario como parte de la pesquisa sobre las denuncias de reuniones sociales en Downing Street cuando el país estaba bajo un confinamiento estricto.
De acuerdo con Scotland Yard, como se conoce popularmente al cuerpo policial londinense, el documento está siendo enviado a todas las personas que se cree participaron en esas celebraciones ilegales, en violación de las reglas de la cuarentena, y debe ser respondido con sinceridad.
La oficina de Johnson confirmó la recepción del cuestionario y dijo que el primer ministro lo responderá según sea necesario.
Hasta el momento, el gobernante se niega a renunciar, con el pretexto de que es necesario esperar por los resultados de la investigación policial, pero el influyente diputado conservador Ian Duncan Smith consideró que de ser hallado culpable y multado por infringir las regulaciones sanitarias por la Covid-19, su permanencia en el cargo se haría insostenible.
Creo que sería muy difícil para cualquiera seguir después de eso, y él lo sabe, afirmó Duncan, en declaraciones a un periódico local.
El jueves pasado, otro correligionario de Johnson, el ex primer ministro John Major, acusó al actual jefe de gobierno y líder del Partido Conservador de dañar la reputación del Reino Unido con el escándalo de las fiestas ilegales.
Esto ha hecho que de forma colectiva el gobierno se vea sospechoso, y la confianza en nosotros y nuestra reputación se están resquebrajando a nivel internacional, afirmó el político británico.
Según Major, Johnson y su Gobierno no solo infringieron la ley, sino que también parecen creer que ellos, y solo ellos, dijo, no tienen por qué obedecer las normas, tradiciones y convenciones de la vida pública.
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