Al Faki, exjefe del Comité de Retirada del Poder del anterior Consejo, fue apresado la víspera cuando policías de civil interceptaron el automóvil que lo trasladaba desde su casa hasta la sede del partido Fuerzas por la Libertad y el Cambio (FFC, por sus siglas en inglés).
La detención se produce tras la de otros dos miembros destacados de las FFC, así como la de Wagdi Salih, exmiembro del Comité de Retirada del Poder, y la del exministro de Asuntos del Gabinete Khalid Omer Youssif.
Las fuerzas de seguridad detuvieron el vehículo y lo llevaron a un destino desconocido, expresó en un comunicado la Alianza Unionista, parte de la coalición FFC.
Ya al Faki y otros dirigentes opositores fueron detenidos tras el golpe de Estado del 25 de octubre del año pasado, dirigido por el general Abdel Fattah al Burhan, que encabeza el Consejo Soberano de Transición, la máxima instancia hasta la celebración de elecciones probablemente en 2023.
Tanto la policía como la fiscalía negaron haber ordenado su detención, según la familia de al Faki.
En una entrevista concedida el sábado a la televisión sudanesa, al Burhan negó que la segunda oleada de detenciones fuera política.
Es el resultado de decisiones judiciales independientes, expresó.
Sudán vive en la inestabilidad política desde el derrocamiento en abril de 2019 del entonces presidente Omar al Bashir. La asonada profundizó esa situación.
Para el dirigente del FFC Yasir Arman los llamados del general golpista al consenso para salir de la crisis son incompatibles con la realidad.
En declaraciones a Al-Jazeera TV, Arman dijo que hay 145 presos políticos en las cárceles del régimen, del FFC y de los Comités de la Resistencia, que dirigen las protestas para el retorno de los militares a los cuarteles y el establecimiento de un gobierno civil.
Durante más de tres meses, las manifestaciones contra el golpe ya dejaron al menos 80 muertos entre la población civil, de acuerdo con el conteo del Comité Central de Médicos, una organización que se opone al golpe.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) puso en marcha un proceso destinado a poner fin al estancamiento y pidió a los líderes militares que creen un entorno propicio para un diálogo intrasudanés que se proponen facilitar.
Sin embargo, sectores opositores acogieron con suspicacias la mediación de la ONU y al Burhan le pidió que no se extralimitara en sus funciones.
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