“Itamar Ben Givr no está allí para proteger a los judíos, está allí para incitar a la violencia y prender fuego al lugar, un triste provocador”, afirmó Yair en declaraciones a la radioemisora Kan.
El dirigente del Partido Nacional Religioso montó un toldo en esa localidad con el supuesto argumento de reclamar protección a las decenas de judíos que viven en Sheikh Jarrah.
Sus actos “son los intentos desesperados de un adicto a la atención para crear situaciones que terminarán en la muerte. Tanto árabes como judíos morirán a causa de las acciones de este hombre”, denunció Lapid.
Antes de viajar a Bahréin, Bennett criticó los ataques contra los israelíes, pero mantuvo silencio ante las agresiones a los palestinos en ese barrio, donde son la abrumadora mayoría.
También el titular de Defensa, Benny Gantz, cuestionó al legislador al estimar que sus acciones dañan a Israel.
Pero otros diputados como Shlomo Karhi, Amir Ohana y Yoav Galant (los tres del ultraderechista partido Likud) visitaron a Ben Gvir en señal de respaldo.
Este último montó la tienda el domingo último, pero horas después fue desalojado por la policía en medio de fuertes protestas de los palestinos, pero ayer volvió al lugar.
Tanto el Gobierno como las diversas formaciones palestinas advirtieron contra la provocación.
Sheikh Jarrah ganó notoriedad internacional por las masivas protestas del pasado año, cuando los tribunales israelíes reanudaron las órdenes de confiscación de viviendas de cuatro familias que residen allí desde hace generaciones.
La batalla legal y política en torno al caso devino símbolo sobre el futuro de esa parte de la ciudad, que los palestinos reclaman como la capital de su futuro Estado, una postura apoyada por la mayoría de los países.
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