Mohammed llegó a esta capital la víspera para participar en la conferencia internacional de recaudación de fondos, destinados a reconstruir el sur del país, devastado por un terremoto hace seis meses.
La vicesecretaria recorrió las instalaciones junto al ministro de Educación, Nesmy Manigat, de quien elogió el liderazgo consciente y la responsabilidad que permitió la reapertura de esta institución, tres años después de la masacre ocurrida en la misma comuna en la cual perecieron decenas de personas.
Durante más de dos horas, Mohammed intercambió con varios padres de alumnos, profesores, director y personalidades de la zona.
A mediados de enero el liceo reabrió sus puertas, dos meses después de la llegada al cargo de Manigat, quien impulsa una campaña para permitir el funcionamiento de decenas de escuelas cerradas por la ola de violencia que experimenta el país.
Lekòl pa ka tan (La escuela no puede esperar), reza el eslogan de la iniciativa que ya logró el reinicio de las actividades docentes en otros barrios vulnerables Bel Air y Cité Soleil, y espera reiniciar las instituciones en Martissant, una zona bajo el control total de las bandas armadas desde junio, cuando los choques hostiles entre las pandillas obligaron a más de 20 mil personas a abandonar sus hogares.
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