Tras el cierre de las bases de Gossi Menaka y Gao los soldados galos serán reubicados en Níger, según precisiones del mando de la Operación Barkhane, iniciada en 2013 para contener el avance de grupos armados islamistas sobre esta ciudad.
El Ejército de Malí está enfocado en el futuro; la retirada de las tropa extranjeras no deja solo a nuestro país, dijo el coronel Souleymane Dembéle, quien se preguntó ¿qué hemos ganado de la presencia de la fuerza Barkhane?
Añadió que si bien la presencia islamista “no ha empeorado, tampoco hemos tenido una solución pues el terrorismo se ha esparcido a casi todo el territorio de Malí”.
El diferendo entre ambos países empeoró en septiembre pasado cuando Malí solicitó la presencia del grupo Wagner de especialistas rusos que Francia calificó de incompatible con la misión de sus soldados.
En enero pasado el gobierno maliense expulsó al embajador de Francia y el pasado día 8 su primer ministro, Choguel Kokalla Maiga, acusó al país europeo de querer dividir a Malí.
La subversión islamista en países del Sahel cobró fuerza tras la agresión militar de la OTAN que derrocó al gobierno de Libia, entronizó el caos en ese país del norte de África y propició el establecimiento de grupos de esa tendencia asociados a la red Al Qaeda y al movimiento Estado Islámico.
Ambas organizaciones controlan el tráfico de personas entre África y Europa así como el mercado negro de armas que van a parar a los grupos islamistas en esa zona limítrofe entre el Sahara y la sabana sudanesa.
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