En un encuentro virtual organizado por la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Londres, Melzer recalcó que el periodista australiano no está acusado de ningún delito en Reino Unido, por lo que en su caso se cometieron serias violaciones del debido proceso.
Assange está encerrado en la penitenciaría londinense de Belmarsh desde abril de 2019, fecha en que el Gobierno de Ecuador le retiró la protección diplomática otorgada siete años antes y permitió que la Policía británica entrara a su embajada en Londres para arrestarlo.
Aunque no está acusado de cargo alguno después de cumplir una condena de 50 semanas de cárcel por violar una fianza en 2012, la justicia británica decidió mantenerlo en la prisión de máxima seguridad hasta que concluya el proceso de extradición.
En diciembre pasado, el Tribunal Superior capitalino aceptó un recurso presentado por los fiscales estadounidenses contra la negativa de una magistrada de primera instancia a extraditar a Assange por temor a que se suicide en la cárcel, y el caso pasó a la Corte Suprema británica.
Estados Unidos persigue al ciberactivista por denunciar en WikiLeaks crímenes de guerra cometidos por militares norteamericanos en Iraq y Afganistán y publicar miles de cables de la diplomacia de ese país.
De ser extraditado, Assange podría ser condenado a 175 años de cárcel, a partir de los 17 cargos de espionaje que se le imputan.
El relator especial de la ONU, quien visitó al periodista australiano en la cárcel tres meses después de su arresto en la embajada ecuatoriana, dijo este viernes que las denuncias de tortura psicológica contra el detenido no fueron atendidas y su salud se deteriora más cada día.
Melzer, quien acaba de publicar El juicio de Julian Assange, un libro en el que disecciona todo el proceso, aseveró además que al fundador de WikiLeaks tampoco se le permite tener contacto con sus abogados para preparar su defensa.
Entre más hondo llegaba en este caso, más basura salía a la superficie, afirmó el experto en derechos humanos de origen suizo, quien consideró que existe una acción concertada por parte de los cuatro países involucrados -Estados Unidos, Reino Unido, Suecia y Ecuador – para utilizar el caso de Assange para intimidar a otros periodistas y evitar que sigan su ejemplo.
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