Según publicó en su página digital WEE1 Tactical este es «el primero de una línea de plataformas de disparo que ayudará de manera segura a los adultos a introducir a sus hijos en los deportes de tiro».
El modelo se basa en los conocidos AR-15, utilizados en varias masacres ocurridas en centros escolares y «luce, se siente y opera justo como el arma de mamá y papá».
Lanzado a mediados del mes pasado a un costo inferior a los 400 dólares, el JR-15 mide 80 centímetros de largo, pesa menos de un kilogramo y viene con cartuchos de cinco o 10 balas calibre 22.
«Es simplemente grotesco», afirmó el activista para el control de armas Josh Sugarmann, director ejecutivo del Centro de Políticas de Violencia.
Lamentablemente, los intentos por regular el porte de esos artefactos chocan en el Congreso con el poderoso lobby de las armas que ejerce gran influencia, en particular la Asociación Nacional del Rifle.
El pasado año perdieron la vida 20 mil 658 personas en Estados Unidos por incidentes con armas de fuego y se registraron 691 tiroteos masivos, de acuerdo con estadísticas de la organización Gun Violence Archive.
Otros conteos revelaron que las muertes con esos artefactos subieron más de 24 por ciento en 2021 en comparación con el 2019.
Además, cerca de un centenar de personas fallecen como promedio cada día aquí a causa de disparos, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
En un mensaje a la nación en junio último, el presidente Joe Biden informó que se reunió con un grupo bipartidista de líderes civiles y de las fuerzas del orden para discutir cuál era la mejor manera de frenar “la epidemia” que desangra al país.
Pero el 14 de febrero, fecha del cuarto aniversario de la masacre en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, en Florida, donde 17 personas murieron y 14 resultaron heridas, el mandatario instó al Congreso a hacer mucho más en su esfuerzo por combatir la violencia armada.
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