Aunque algunos medios corporativos de Estados Unidos se hayan negado a admitirlo, El-Hajj Malik El-Shabazz, como también se le conoció, fue una de las mayores y más influyentes figuras en la historia de mi país, dijo la doctora Mealy a Prensa Latina.
En entrevista vía WhatsApp, la autora del libro Fidel y Malcolm X, Memorias de un encuentro (Black Classic Press/Letras Cubanas) se refirió a la necesidad de proteger el legado de Malcolm para las presentes y futuras generaciones.
«Las enseñanzas que heredamos suyas son como herramientas de liberación», apuntó y subrayó que con «palabras y hechos Malcolm demostró que los hombres no pueden ser deshumanizados por el color de su piel».
Nació en Omaha, Nebraska, el 19 de mayo de 1925 con el nombre de pila Malcolm Little que decidió cambiar más adelante por la X que aludía al apellido desconocido de los esclavos, argumentó.
Respecto al libro, Mealy explicó que fue el resultado de una conferencia organizada por institución cubana Casa de Las Américas del 22 al 24 de mayo de 1990.
«Me pidieron que lo escribiera utilizando las actas de la conferencia y entrevistas de primera mano y así traté de hacerlo, porque el texto recoge los recuerdos de quienes presenciaron o de alguna manera se involucraron desde nuestros dos países», agregó.
Nunca conocí a Malcolm, pero hay testimonios de primera mano de personas que, con excepción de una o dos, ya no están”, confesó la periodista, quien recibió en 2016 con la Medalla de la Amistad que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba a propuesta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.
El texto recopiló en sus páginas la bienvenida del líder negro al presidente cubano Fidel Castro y a la delegación de la isla que asistía a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en septiembre de 1960.
Al negarle a Fidel y a sus acompañantes el alojamiento en el Hotel Manhattan, Malcom los invitó al Theresa, propiedad de un amigo afroamericano en Harlem, donde –como le aseguró- sería recibido con el corazón y los brazos abiertos.
Para Mealy era de suma importancia dejar constancia de ese hecho histórico del que poco se sabía y que la juventud cubana y del mundo se acercaran un poco más a la vida de dos grandes hombres.
El 21 de febrero de 1965, en el Audubon Ballroom de Manhattan, Malcolm X hablaba en una reunión de la Organización de la Unidad Afro-Americana, cuando le dispararon al pecho en al menos 16 ocasiones.
Pese a las diferentes versiones acerca de dónde vino la orden para eliminarlo, en la oficina de Planes de la CIA, la división comprometida en el derrocamiento y asesinato de diversos gobernantes del Tercer Mundo, ya estaban inquietos por Malcolm X y espiaron sus actividades hasta el mismo día de su muerte.
El pasado año salieron a la luz nuevas evidencias del crimen contra el activista de los derechos civiles, que apuntaron a la policía de Nueva York y el FBI.
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