El discurso pronunciado el lunes por el presidente Vladimir Putin dejó a los ucranianos, y a los gobiernos occidentales, adivinando lo que podría venir después, comentó el diario The New York Times.
En el incumplimiento de los acuerdos de Minsk y en la falta de garantías de occidente a los reclamos de seguridad del Kremlin para su país al parecer estaba y aun esta la solución de la crisis, algo que expertos de ambos lados consideran esencial.
El escenario de este martes, coreografiado desde hace meses no debería tomar por sorpresa a Estados Unidos y sus aliados. Meses de campañas mediáticas con información distorsionada, amenazas de sanciones y acciones que preveían el avance de la OTAN hacia las fronteras de Rusia, terminaron por colmar la paciencia de los gobernantes de esa nación.
El reconocimiento de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk por parte de Moscú aunque presuntamente tomó por sorpresa a Occidente, era previsible y pone una vez más sobre el tapete los Acuerdos de Minsk que hubieran conferidos a esos territorios una autonomía sin dejar de ser parte de Ucrania.
La realidad contada por el diario The New York Times es que con el envío de fuerzas armadas por parte de Rusia y la promesa de sanciones por parte de Estados Unidos, el conflicto ucraniano entró el martes en un nuevo y peligroso capítulo.
Este martes se espera una nueva respuesta occidental. Para entonces, dijeron varios de los ayudantes de Biden, ya esperaban ver a las fuerzas rusas rodando por la frontera hacia Ucrania, cruzando la línea que Biden había establecido para imponer sanciones «rápidas y severas» a Moscú, señaló el diario.
Sin embargo, Rusia reiteró en Naciones Unidas que sigue abierta a una solución diplomática para resolver el conflicto en Donbass, aunque Ucrania prosigue con su retórica militar e incumple los Acuerdos de Minsk, según la representación de Moscú ante la ONU.
El embajador ruso en Naciones Unidas, Vassili Nabenzia, expuso en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad anoche el móvil de las recientes decisiones del presidente Putin.
Kiev no solo volvió muy rápidamente a la retórica militar y continuó el bombardeo de civiles, sino que también hizo todo lo posible para destruir los Acuerdos de Minsk, los cuales piden un cese de las hostilidades en la región del Donbass, indicó.
Puntualizó que existe entre los países occidentales un pánico infundado sobre una supuesta invasión rusa a Ucrania aunque su país anuncio el envío de fuerzas para mantener la paz en las autoproclamadas repúblicas independientes.
La secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Políticos, Rosemary DiCarlo, consideró que las próximas horas y días serán críticos, en tanto urge evitar a toda costa el riesgo de un conflicto mayor.
Según fuentes diplomáticas, los países aliados de Estados Unidos (principalmente Reino Unido, Francia, Irlanda, Suecia y Albania) no lograron hasta ahora sumar el apoyo de otras naciones no europeas en el Consejo de Seguridad en su postura frente a Rusia.
Por otra parte, para algunos expertos estiman que tanto el presidente Joe Biden como el primer ministro británico, Boris Johnson, tienen una razón más específica para exagerar la amenaza extranjera, ya que ambos se enfrentan a la posibilidad de una derrota electoral en 2024, según el periodista y escritor irlandés Patrick Oliver Cockburn.
¿Y ahora qué vendrá?, es la gran interrogante que recorre el mundo.
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