En entrevista exclusiva con Prensa Latina el Oficial Regional de la Cadena Suministros del WFP para Latinoamérica y el Caribe, Nenad Lončarević, explicó que las recientes operaciones son ejemplo de la colaboración con naciones vulnerables en situaciones de emergencia como el combate a la pandemia.
Explicó que un trabajo mancomunado con la oficina del organismo internacional en La Habana y sus autoridades gubernamentales permitió el traslado desde el istmo de cuatro contenedores refrigerados.
Estos equipos destinados a la conservación y transportación de insumos médicos, se encuentran en la Zona Especial de Mariel(occidental provincia de Artemisa), listos para ser oficialmente entregados esta semana a la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos (Emcomed) para su puesta en funcionamiento; y se alistan nuevos envíos,indicó.
También a principios de este mes, dijo, aportamos dos camiones refrigerados que ya fueron entregados y están en uso por Emcomed.
Entre las responsabilidades de WFP, Lončarević distinguió la de reaccionar ante necesidades de naciones más afectadas por pandemias, terremotos, huracanes y otros desastres naturales o fenómenos meteorológicos asociados al cambio climático.
Además de Cuba, en la región atendemos prioridades en unos 13 países, por ejemplo, solo en el Caribe, indicó, colaboramos con Haití, República Dominicana y Barbados.
En Centroamérica, sobresalen operaciones en Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala; y en América del Sur, mantenemos operaciones en Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
El funcionario tiene una vida de más de 20 años ligada al ente de la ONU que atiende a más de 115 millones de personas en 84 países anualmente.
En el diálogo con Prensa Latina, explicó que solo en 2021 desde Panamá el depósito de Respuesta Humanitaria de Naciones Unidas ejecutó 181 envíos a 33 países y territorios de la región en nombre de 18 entidades de asistencia humanitaria, en su mayoría destinados al sector salud.
Además exaltó que a diario WFP coordina un promedio de cinco mil 600 camiones, 100 aviones, 30 barcos y una red de 650 depósitos para brindar asistencia a las personas que viven en los rincones más inseguros e inaccesibles del mundo.
Oriundo de Montenegro, y visiblemente emocionado, el funcionario narra sobre sus vínculos con la isla, en los que resalta a su padre, Jorge Lončarević (ya fallecido).
El me inculcó conocimientos y lo recuerdo como aquel representante de una naviera de la exYugoslavia (Prekookeanska Plovidba – Bar), pionera del país que logró enviar en 1962 buques a Cuba con productos alimenticios y de consumo de la exURSS y, a la vez, transportar azúcar de la isla en medio del ya arreciado bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.
Licenciado en Lengua y Literatura Inglesa en 1989 en la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de La Habana, el funcionario recientemente hizo declaraciones al diario “Vijesti”, de Podgorica, capital de Montenegro.
Señaló que en la nación canalera supo de la entrega al PMA del Premio Nobel de la Paz en 2020 por sus esfuerzos en el combate al hambre y contribución a la mejora de las condiciones de distención en las áreas afectadas por conflictos.
El reconocimiento exalta, además, las contribuciones a países más necesitados tras el azote de la pandemia de Covid-19.
Loncarevic comenzó a trabajar para el WFP en 1999 en Bar, donde la oficina se abrió en ese momento debido a la crisis en Kosovo y los refugiados en Serbia-Montenegro.
Ese compromiso lo inició como asistente a cargo de la importación, recepción, carga / descarga y envío de ayuda humanitaria que llegaba a través del puerto de Bar para la población vulnerable. Siempre en el departamento de logística, trabajó antes en misiones en Kirguistán, Kasajastán, Uzbekistán, Turkmenistán y Afganistán.
Además, prestó servicios en Palestina, Siria, Kuwait, Iraq, Colombia, Ecuador y Guatemala, cuando el huracán Stan azotó la zona en 2005, entre otras naciones.
En 2008 fue elegido jefe adjunto de Logística en Khartoum, Sudán, por un período de dos años, a lo que siguió su trayectoria en Italia, Sudán del Sur, Yemen, Venezuela y actualmente en Panamá.
Asegura que su función es asegurar que los alimentos lleguen a tiempo a los millones de niños y adultos necesitados, donde sea que se encuentren en los países donde WFP tiene operaciones y sea cual sea el modo de transporte necesario para lograr este objetivo.
La noticia del fallecimiento de su padre lo sorprendió en la nación canalera enfrentando la Covid-19.
Para Lončarević, quien comienza cada jornada muy temprano, todo lo que hace en lo personal y la organización que representa tiene el objetivo de ayudar a los más necesitados y vulnerables del planeta.
El acceso a los alimentos es nuestro derecho y necesidad básica, remarcó.
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