La presión se intensifica sobre el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y crece la cifra de proyectos presentados pidiendo la anulación del decreto que prácticamente oficializa la deforestación por mineros de oro en la selva amazónica, según el portal digital jornaldebrasilia.
Pero hasta el momento Lira (poderoso aliado político de Bolsonaro) esquiva dichas solicitudes para reunirse y discutir el asunto, indicó la fuente.
Al respecto el coordinador del Frente Parlamentario Ambientalista, diputado Rodrigo Agostinho, enfatizó que “este decreto incentiva la actividad clandestina, depredadora e ilegal”.
Luego de que Bolsonaro lanzara el plan el pasado día 14, inmediatamente se desataron las críticas de ambientalistas por el impulso a una industria (conocida en el país como garimpo) acusada de deforestación, contaminación y ataques a los pueblos indígenas.
Según datos publicados esta minería destruyó 125 kilómetros cuadrados de la Amazonía brasileña el año pasado, principalmente en reservas indígenas protegidas.
También en el país se señala a los mineros artesanales o «garimpeiros» que actúan de forma ilegal por tener nexos con el narcotráfico y protagonizar choques con los pueblos originarios locales.
La minería artesanal es legal en Brasil siempre que quienes la ejerzan tengan las licencias ambientales correspondientes y autorización para explotar terrenos determinados, pero estos requerimientos son generalmente ignorados en la práctica según reportes de prensa.
De acuerdo con informes de diversas organizaciones, la deforestación aumentó desde la toma de poder de Bolsonaro y alcanzó su máximo en 15 años con 13 mil 235 kilómetros cuadrados talados en el período de agosto de 2020 a julio de 2021. En el ámbito internacional también se han levantado voces en contra de la destrucción de la selva tropical más grande del mundo.
No obstante, ya en la recta final de su mandato el presidente persiste en beneficiar la explotación de recursos mineros en zonas protegidas de la Amazonía, algo que sus detractores califican como otra “herencia” que quiere dejar solo para beneficiar a unos pocos.
Un informe de las organizaciones ambientalistas Amazon Watch y la Asociación de los Pueblos Indígenas de Brasil publicado recientemente reveló los nombres de al menos nueve mineras que -gracias a la inversión multimillonaria de bancos internacionales-, buscan expandirse por tierras protegidas en la selva amazónica de Brasil.
Según el documento se trata de una realidad que solo sería posible si se aprueban los proyectos de explotación presentados por el gobierno del derechista Bolsonaro.
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