Hasta febrero pasado, Costa Rica ya completó el 61 por ciento de las metas de la primera etapa 2018-2022, precisa el reporte Avances en la implementación del Plan Nacional de Descarbonización 2018-2050, divulgado en acto efectuado en el capitalino Museo de Arte Costarricense, con la participación del presidente Carlos Alvarado y otras altas autoridades de este país.
Ese Plan, que sienta las bases para alcanzar las cero emisiones netas en 2050, cuenta con 10 ejes principales y ocho transversales.
El informe destaca avances en sectores clave por sus altas emisiones como el transporte y la agricultura con la instalación de una red nacional de 43 cargadores para vehículos eléctricos y la inclusión de mil 652 fincas ganaderas bajo el programa Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada (NAMA, siglas en inglés).
Alvarado afirmó que el Plan de Descarbonización permitirá a Costa Rica lograr una recuperación económica sostenible y demostrar una vez más que sí se puede promover un crecimiento sostenible que genere réditos importantes al país.
Tras resaltar el esfuerzo de todos los actores desde lo público y privado para avanzar en esta importante y visionaria iniciativa, el mandatario tico sostuvo que a pesar de las fuertes dificultades ocasionadas por la pandemia e Covid-19 han logrado avanzar con los objetivos propuestos en este instrumento.
Exaltó que su implementación contribuye a la construcción de un futuro sano para las próximas generaciones.
La primera dama Claudia Dobles, impulsora de la movilidad eléctrica, aseguró que esta constituye la ruta para construir una Costa Rica con una economía verde, que mejore la calidad de vida de la población con un desarrollo moderno, innovador y sostenible de cara al 2050.
De su lado, el ministro de Agricultura y Ganadería, Renato Alvarado, señaló que las emisiones del sector agropecuario se redujeron en 20,9 por ciento entre 1990 y 2017, etapa en la que -precisó- se duplicó el valor de la producción agropecuaria.
Eso -detalló- habla de la eficiencia con que las personas dedicadas a la producción agropecuaria están haciendo su tarea, volviendo las actividades más eco competitivas social, económica y ambientalmente.
A la vez, puntualizó, son más resilientes al cambio climático, están mejor adaptadas y son bajas en emisión de carbono.
Las demás etapas del Plan son las de inflexión (2023-2030) y despliegue masivo (2031-2050).
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