En declaraciones a la agencia oficial de noticias Saba, al Waleedi precisó que los equipos médicos visitaron más de 897 mil 489 casas, el 85 por ciento del total proyectado.
Hace un mes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia denunció el aumento de la cifra de niños muertos en esa nación debido a la conflagración.
El organismo recordó que desde “que se intensificó el conflicto la ONU verificó que más de 10 mil niños resultaron heridos o asesinados, aunque el número real es probablemente mucho mayor”.
La guerra comenzó en 2014, cuando los rebeldes se levantaron en armas y ocuparon grandes extensiones del país, incluida su capital, Saná.
Al año siguiente una coalición árabe, encabeza por Arabia Saudita, intervino en el conflicto en respaldo del presidente Abd Rabbu Mansour Hadi.
Según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, dos tercios de la población, unos 20 millones de personas, dependen de la asistencia humanitaria y el 80 por ciento vive por debajo del umbral de pobreza.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo consideró en noviembre que Yemen atraviesa “la peor y más grande catástrofe humanitaria del mundo” y en ese sentido proyectó que para finales de 2021 la guerra habrá matado a 337 mil personas de forma directa o indirecta.
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