En declaraciones a los medios de comunicación, el alto funcionario subrayó que la militarización de Ucrania, a largo plazo, podría tener consecuencias mucho más peligrosas.
Según Peskov, tales envíos confirman “una vez más que Rusia tiene razón en las medidas que se están tomando para desmilitarizar el país que, en su opinión, es propenso a aspiraciones bastante agresivas y a menudo criminales, como lo fue en los casos de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk”.
Indicó que los planes de la Unión Europea de continuar suministrando armamento a Ucrania evidencian que su posición hacia Rusia es inamistosa, toma medidas agresivas y hostiles contra Moscú.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso televisado para informar sobre el inicio de la operación, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
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