La gala de hora y media arrancó en el estadio “Nido de Pájaro” con un conteo regresivo que trajo al recuerdo las ediciones celebradas sucesivamente desde Örnsköldsvik 1976 (Suecia).
Aparte de la habitual mezcla de pirotecnia, luces, música y alta tecnología, en cada segmento del espectáculo participaron artistas y personas comunes de China que tienen distintas discapacidades físico-motoras y un vídeo con individuos de varias nacionalidades lanzó un llamado a promover más accesibilidad.
Una vez izada la bandera china y entonadas las notas del himno nacional, transcurrió el desfile de 564 atletas de 46 países, encabezado por Suecia y cerrado por China como marca la tradición de esta competencia especial.
Por América Latina marcharon las delegaciones de Argentina, Brasil, México, Puerto Rico y Chile.
Al igual que en la apertura del capítulo olímpico de Beijing 2022, luego las pancartas con los nombres de los estados participantes se unieron para conformar un copo gigante de nieve, que al final resultó ser el pebetero del certamen deportivo y lo encendió una persona ciega.
La ceremonia la encabezaron el mandatario chino, Xi Jinping; y el presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, quien lanzó un mensaje de paz y remarcó las aspiraciones de construir un mundo libre de discriminaciones, odios, ignorancia y conflictos.
“El cambio comienza con el deporte. No solo trae armonía, pero también puede ser un catalizador para transformar las vidas de las personas, las ciudades y los países”, añadió.
De esa manera, quedó lista la escena para que en los próximos nueve días los atletas demuestren el poder curativo del deporte y celebren la diversidad mientras se enfrentan en seis disciplinas de hielo y nieve.
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