La jefa de la diplomacia británica informó a través de su cuenta en la red social Twitter que Londres utilizará todos los medios políticos y legales disponibles para abordar el asunto.
Según reportes de prensa captados en esta capital, instalaciones de la central nuclear ucraniana de Zaporozhie, en las inmediaciones de la ciudad de Energodar, sufrieron este viernes un incendio que logró finalmente ser controlado.
El ministerio ruso de Defensa culpó a unidades de nacionalistas ucranianos del ataque, tras afirmar que tanto la electronuclear como la urbe están bajo control de los militares rusos desde el lunes pasado.
Rusia lanzó el pasado 24 de febrero una operación militar especial en la región autónoma ucraniana de Donbass, después que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
Putin afirmó que el objetivo de la operación es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y desmilitarizar Ucrania, cuyo gobierno solicitó la membresía de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El Reino Unido, Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de los aliados de la OTAN de inmediato acusaron a Putin de lanzar una invasión en gran escala contra el país vecino, e implementaron sanciones económicas y financieras contra los máximos representantes del Estado y el Gobierno rusos, y contra empresarios, bancos, aerolíneas y barcos de ese país.
Las potencias occidentales también incrementaron en los últimos días la entrega de armas a Kiev y desplegaron más tropas en los países miembros de la alianza militar cercanos a Rusia.
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