A un año de comenzar aquí la inmunización contra la enfermedad (actualmente abarca a mayores de 12 años), la polémica volvió a primeros planos de los medios de comunicación no solo por las bajas cifras de cobertura, sino por el vencimiento de más de un millón de vacunas rusas Sputnik V, del primer y segundo componente.
El pasado lunes, el Grupo Parlamentario de Oposición visitó las instalaciones del Centro Nacional de Biológicos, donde verificó lo que ya se esperaba, pues desde semanas atrás era de dominio público.
Lo peor, dijeron, es que este mes también se puede perder otra cifra semejante, en un momento en que el semáforo de la Covid-19 mantiene en rojo (alerta máxima) 224 municipios de 340, otros 112 están en naranja (alerta alta) y los contagios diarios rozan los cuatro mil.
De acuerdo con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (Mspas), la desconfianza de los guatemaltecos, fundamentalmente en áreas rurales y de población indígena, llevó al vencimiento de las vacunas, pese a esfuerzos de última hora para acercarlas a las comunidades.
Sin embargo, expertos y organizaciones independientes como Laboratorio Datos GT señalan entre las causas una deficiente campaña informativa, sin pertenencia cultural ni lingüística, que ahora deja sobre la población toda la responsabilidad.
En medio de críticas y ante la urgencia, la Cartera inició esta semana lo que denominó «vacunación empresarial», en busca de instituciones que requieran los biológicos previa coordinación a través de la plataforma vacuna.gob.gt.
El propio Coma asistió al lanzamiento de la nueva estrategia, luego de reconocer que al menos siete millones de personas no tienen protección contra la enfermedad, que ya deja aquí 789 mil 354 casos acumulados y 17 mil 45 fallecidos, esta última cifra la más alta de Centroamérica.
Las autoridades de Salud enfrentan, además, un panorama complejo, tras la decisión de un grupo de médicos del hospital general capitalino San Juan de Dios de salir a las calles para protestar por el desabastecimiento del centro en cuanto a medicinas básicas y equipos obsoletos como resultado de la desatención histórica de sucesivos Gobiernos de turno.
Sus demandas llegaron a la Comisión de Salud del Congreso, al propio Mspas y por último al presidente Alejandro Giammattei en una carta abierta donde piden su intervención para poner fin a las crisis cíclicas del hospital y le piden aprobar un Decreto llamado «Cero Nunca Más».
De acuerdo con los médicos, es tradición que la familia de los pacientes deba desembolsar dinero para adquirir los faltantes del hospital y lamentablemente muchos no tienen poder adquisitivo para enfrentar esos gastos, denunciaron.
mem/mmc