Consideramos esa posibilidad, mientras nos aseguramos que exista un suministro adecuado de combustible en los mercados mundiales, manifestó el jefe de la diplomacia estadounidense este domingo en entrevista a la cadena CNN.
Desde la semana pasada, la Casa Blanca anunció que valora una medida de ese tipo como parte de la batería de sanciones impuestas a Moscú por su operación militar en Ucrania debido al impacto que puede tener en el incremento de los precios del crudo a nivel mundial.
La víspera, el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, se reunió de manera virtual con unos 300 miembros del Congreso estadounidense y les pidió prohibir la compra de petróleo a Rusia, ante lo que muchos legisladores expresaron su respaldo.
De acompañar una sanción de esa naturaleza, la Unión Europea se vería más afectada que Estados Unidos, que importa desde la nación euroasiática solamente alrededor del 7,9 por ciento de su consumo.
Sin embargo, los europeos necesitan de Moscú el 40 por ciento del gas natural que utilizan y el 27 por ciento del petróleo, según datos de 2019 de Eurostat.
Respecto al conflicto militar entre Rusia y Ucrania, Blinken se refirió a la existencia de informes “muy creíbles” de ataques de las tropas rusas contra civiles que podrían constituir crímenes de guerra.
No obstante, el Ministerio de Defensa ruso asegura que los ataques están dirigidos a los objetivos militares, infraestructuras, instalaciones de defensa aérea y que la población civil de Ucrania no está amenazada.
Las autoridades rusas acusan a los grupos nacionalistas de impedir la evacuación de los civiles en ciudades donde buscan utilizar a la población como escudo humano.
Blinken se encuentra este domingo en Moldavia, país al que prometió asistencia para tratar con los miles de refugiados provenientes de Ucrania y afirmó, además, estar dispuesto a ofrecer garantías de seguridad.
El representante de la Casa Blanca aseveró que su gobierno tiene la intención de crear un fondo de dos mil 750 millones de dólares para ayudar a Ucrania y a los países que acogen a los refugiados del conflicto.
Washington y la OTAN estuvieron durante meses alentando las tensiones en Europa del Este, a donde desplazaron parte de sus efectivos en momentos en que Rusia no tenía prevista la incursión militar actual, la cual de acuerdo con el Kremlin, no busca ocupar Ucrania sino desmilitarizarla y desnazificarla.
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