Los manifestantes también urgieron que predomine la paz en Europa del Este y que cese la guerra entre Rusia y Ucrania, una crisis alentada por Washington y sus países aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La amiga de Cuba, representante demócrata liberal por el estado de Connecticut, Rosa De Lauro, y el alcalde de la ciudad de Middletown, Benjamin Florsheim estuvieron presentes en las protestas.
Mientras el mundo centra su atención en la crisis europea, y lanza campañas tóxicas defiendo la hegemonía estadounidense, los ciudadanos de ese país recuerdan que la isla sufre desde hace seis décadas las consecuencias de un injusto cerco económico y comercial.
Entre los asistentes estuvo el presidente del movimiento Unidad Latina en Acción, John Jairo Lugo, quien pidió la paz en Ucrania y recordó que las sanciones unilaterales contra la isla caribeña son actos de terrorismo y genocidio.
También participaron los grupos de solidaridad con Cuba New Haven Peace Council (NEMO), No Embargo Cuba Movement, Greater Hartford Cuba Solidarity Committee, Connecticut Peace and Solidarity Coalition y Unidad Latina en Acción.
Asimismo, asistieron los grupos Vecinos Unidos, Latin America Solidarity Coalition of WMass, Green Party of Connecticut, Veterans for Peace Connecticut y ANSWER Coalitiony.
De acuerdo con estos movimientos, el bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba desde hace más de medio siglo es la más dilatada guerra económica en la historia de la humanidad, deliberadamente diseñada para causar hambre, enfermedades y desesperación en la población cubana.
Durante décadas, el pueblo y el gobierno cubanos y amigos de la nación caribeña de todo el mundo han exigido el fin de esa política incontables veces, pero las sucecivas administraciones de Washington han hecho oídos sordos.
El fin de ese engendro está en el Congreso y la rama ejecutiva del gobierno, asentada en la Casa Blanca, explicaron y añadieron que el bloqueo solo podrá ser derrotado desde dentro de Estados Unidos.
Denunciarlo no es el objetivo, sino demostrar su insensata crueldad, algo que no se logra solamente con consignas, ni con buenos deseos y razones, o votaciones en organismos internacionales, coincidieron.
Movilizar la opinión dentro del país norteño es de superlativa importancia para ganar esa batalla, concluyeron.
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