En un experimento al aire libre mediante el empleo de la técnica de predicción alcanzaron con éxito 43,3 gramos por metro cuadrado cada día de productividad de biomasa, reveló un artículo divulgado aquí por la revista Nature Communications.
El proyecto permitió la cosecha continua de algas sintéticas al usar hidroponía y mantener el crecimiento rápido a la densidad óptima, al tiempo de una mejor disponibilidad de luz, explicó el profesor Joshua Yuan, líder del proyecto.
«La comercialización de este biocombustible se ha visto obstaculizada por el rendimiento relativamente bajo y el alto costo de recolección», amplió el también miembro de la filial AgriLife Research.
La limitada penetración de la luz y la mala dinámica de cultivo contribuyeron durante mucho tiempo a los malos resultados, subrayó el presidente de Biología Sintética y Productos Renovables en la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida.
Superar estos desafíos posibilitaría que los biocombustibles de algas viables reduzcan las emisiones de carbono, mitiguen el cambio climático, alivien la dependencia del petróleo y transformen la bioeconomía, resaltó Yuan.
Recordó que estos organismos acuáticos se pueden utilizar como fuente de energía alternativa en muchas industrias, incluida la transportación a través de aviones.
«Las algas son materia prima para la refinería de bioetanol sin necesidad de pretratamiento, más económica que el carbón o el gas natural y proporciona una forma más eficiente de captura y utilización del carbono», afirmó el experto.
Yuan, quien sugirió usarlas igualmente como fuente de alimento para animales, tuvo éxito anteriormente en la búsqueda de métodos para convertir rastrojos de maíz, pastos y mezquite (planta leguminosa) en bioplásticos, materiales biodegradables y livianos.
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