“Quitémonos la venda de los ojos y miremos nuestra realidad. Salvo pocas excepciones, ¿quiénes nos gobernaron durante 200 años de vida republicana y nos dejaron el país que tenemos?”, dijo ante el pleno congresal.
Hizo un llamado al consenso para superar esos males dentro del sistema económico de economía social de mercado.
“Si queremos hacer las cosas bien por nuestra gente, tenemos la obligación de escuchar, rectificar y trabajar juntos”, apuntó Torres, para luego exponer las acciones realizadas en esa dirección en las diversas áreas de la administración gubernamental.
Poco antes de despedir en el palacio de gobierno a Torres y a los 18 integrantes del gabinete ministerial instalado en febrero pasado, el presidente Castillo dijo que su gobierno cuenta siempre con la confianza del pueblo.
Los ministros hicieron a pie el trayecto de cuatro calles entre la sede presidencial y el palacio legislativo, frente al cual miles de seguidores del partido gobernante, Perú Libre, y de organizaciones sociales, muchos llegados del interior, coreaban lemas de apoyo el Ejecutivo, mientras un pequeño grupo de opositores lo atacaban.
De no recibir el voto de confianza, el gabinete en pleno deberá renunciar y, de repetirse la misma situación, el jefe de Estado quedará constitucionalmente facultado para disolver el Congreso controlado por la oposición.
Horas antes del inicio de la sesión parlamentaria, la bancada del partido de extrema derecha Avanza País presentó una moción para que el Congreso vaque (destituya) a Castillo por la causal de “permanente incapacidad moral”, prevista en la carta magna.
La moción invoca una veintena de acusaciones de presunta corrupción, errores e insuficiencias del mandatario que ese sector político utiliza para acabar con el gobierno de Castillo, aunque la prensa y los analistas consideran muy difícil que logren la mayoría de dos tercios de los votos necesarios para aprobarla.
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