Según la revista Lancet Public Health, tal cifra puede variar en dependencia de la edad del individuo y la velocidad a la que se camina no tiene la mayor relevancia pues lo más importante es la actividad como tal.
“No se encontró una asociación definitiva con la velocidad de la marcha, más allá del número total de pasos por día, y el hecho de caminar, independientemente del ritmo al que se haga. Ello está vinculado con un menor riesgo de muerte”, aseguran los expertos.
No es necesario dar 10 mil pasos al día, recalcan los especialistas, quienes indicaron que los resultados del estudio pueden convertirse en directrices para la promoción de la actividad física en la sanidad pública.
Caminar, y en general, la práctica habitual de ejercicio físico puede ayudar a prevenir la osteoporosis, el riesgo de parada cardíaca y determinados cánceres.
También ayuda a disminuir los efectos del estrés, es posible dormir mejor, controla el peso corporal y garantiza una mayor concentración.
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