La compañía, que en enero pasado trasladó su residencia fiscal de los Países Bajos al Reino Unido, agregó que cerrará todas sus estaciones de servicio en el país euroasiático y se retirará gradualmente de las operaciones relacionadas con los hidrocarburos rusos.
Nuestras decisiones fueron tomadas después de analizar con los gobiernos la necesidad de distanciar la sociedad del flujo energético ruso, mientras se mantienen los suministros, afirmó el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, en un comunicado.
El directivo también se disculpó por haber comprado un cargamento de crudo ruso la semana pasada para asegurar el abastecimiento, y dijo que las ganancias procedentes de esa adquisición serán destinadas a un fondo humanitario para ayudar a la población ucraniana.
Rusia lanzó el pasado 24 de febrero lo que el presidente Vladimir Putin calificó como una operación militar especial en la región autónoma ucraniana de Donbass, después que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaron ayuda para repeler la agresión de las fuerzas nacionalistas.
El Reino Unido, Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de los aliados de la OTAN acusan a Putin de invadir al país vecino, e implementaron sanciones económicas y financieras contra los máximos representantes del Estado y el Gobierno rusos, y contra empresarios, bancos, aerolíneas y barcos de ese país.
Las potencias occidentales también incrementaron en los últimos días la entrega de armas a Kiev y desplegaron más tropas en los países miembros de la alianza militar cercanos a Rusia.
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