El portavoz del ente castrense, mayor general Ígor Konashénkov, señaló que el Ejército eliminó más del 90 por ciento de los sistemas de misiles antiaéreos de largo y mediano alcance con que contaba Ucrania, entre ellos 137 sistemas S-300, Buk-M1 y S-125.
Dijo también que el 90 por ciento de los aeródromos militares de esa nación, en los que se basó la composición principal de la aviación de combate, están fuera de servicio, por lo que en estos momentos solo se registran intentos aislados de salidas.
“Al comienzo de la operación especial, había hasta 250 aviones de combate y helicópteros útiles en el cuerpo de combate de las Fuerzas Armadas ucranianas. Las fuerzas aeroespaciales rusas destruyeron 89 aviones de combate y 57 helicópteros en tierra y aire”, indicó.
Konashénkov comentó en la sesión informativa que algunos de los aviones ucranianos volaron a Rumanía y no están participando en los combates.
Por su parte, el líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), Denis Pushilin, subrayó que la situación en la línea de contacto en Donbass aún es difícil, pero está controlada, mientras que en los territorios bajo el control de la RPD permanece relativamente tranquila.
En declaraciones al Canal 1 de la televisión rusa, dijo que la excepción la constituyen los bombardeos caóticos a los que están sometidas esas ciudades por parte de los grupos armados de Ucrania.
Pushilin explicó que en los territorios liberados del control de Kiev se trabaja para restablecer la situación humanitaria, en particular, para garantizar el buen funcionamiento de la energía, las comunicaciones, la respuesta sanitaria y el suministro de alimentos.
Rusia inició el 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso para informar sobre el inicio de la operación, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino a sus objetivos e infraestructuras militares.
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