“Para cualquier experimento en esta dirección, los países que los lleven a cabo serán responsables”, declaró la representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia al servicio de radio de la agencia de noticias Sputnik.
Aseguró que tanto los diplomáticos como las embajadas rusas transmitieron de manera clara a los posibles países implicados la posición de Moscú al respecto.
Les revelaron los detalles, la advertencia surtió efecto, dijo.
Según Zajárova, esas naciones deben ser conscientes de que los voluntarios y mercenarios enviados a Ucrania regresarán “absolutamente acabados”; como los que Europa ha estado recibiendo luego de su involucramiento de muchos años en el conflicto sirio, comentó.
El 27 de febrero, el presidente Vladimir Zelenski anunció la formación de una Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania y para facilitar la llegada de combatientes extranjeros introdujo un régimen sin visado para quienes se unan a las fuerzas militares de Kiev.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) le solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso televisado para informar sobre el inicio de la operación, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
Putin instó a los militares ucranianos a deponer las armas y advirtió a la comunidad internacional sobre la posibilidad de una respuesta inmediata en caso de intentos de intervención externa en el conflicto.
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