Al inicio de las conversaciones en el Kremlin con su homólogo belaruso, Alexandr Lukashenko, el mandatario ruso recordó que la desaparecida Unión Soviética padeció muchas sanciones durante décadas, sin embargo se desarrolló y alcanzó gran éxito.
El jefe de Estado comentó que los intentos de limitar el desarrollo de Rusia, de contenerlo, siempre se han hecho y se están haciendo ahora, aunque reconoció que en este momento en una escala mayor.
Apuntó que las medidas aplicadas están “asestando un golpe masivo a la economía” nacional, según el comunicado del servicio de prensa presidencial.
No obstante, subrayó que como resultado de la actual situación ambos países adquirirán más competencias, más oportunidades para sentirse independientes, autosuficientes y saldrán beneficiados como en años anteriores.
Acerca de los últimos acontecimientos, Lukashenko manifestó que Ucrania habría atacado a Belarús si Rusia no hubiera lanzado una ofensiva preventiva. “Por lo tanto, no desencadenamos esta guerra, nuestra conciencia está tranquila”, dijo.
Según el presidente belaruso, la gente poco a poco está empezando a entender qué es qué y detrás de quién está la verdad.
En su opinión, si Moscú no hubiera lanzado la operación militar en ese momento, ahora se estuvieran contabilizando las “enormes pérdidas” porque, “repito, querían atacar no solo a Donbass”. De ahí que, dijo “no hay necesidad de darle excusas a nadie”, puntualizó.
Lukashenko alertó que los mercenarios extranjeros en Ucrania se están moviendo a lo largo de la frontera hacia la planta de energía nuclear de Chernóbil, buscando atraer a Belarús a las hostilidades.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En un discurso para informar sobre el inicio de la operación, el presidente ruso afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
Más adelante, formuló otras condiciones, como la necesidad del reconocimiento de la reunificación de Crimea a Rusia por parte de las autoridades ucranianas y el establecimiento de garantías de neutralidad militar de ese Estado.
Asimismo, reiteró que Moscú no puede permitir que Kiev adquiera armas nucleares y se siga militarizando, lo que constituye un peligro para la seguridad del país. Subrayó que la continua expansión de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este resulta inaceptable para Rusia.
jcm/mml
