El vocero del Ministerio de Defensa ruso, general de división Ígor Konashénkov, informó a la prensa que como parte de las acciones para desmilitarizar y desnazificar el territorio ucraniano han destruido 99 aviones, 128 vehículos aéreos no tripulados, mil 194 tanques y otros vehículos blindados de combate.
Asimismo, el jefe militar detalló que las fuerzas de su país dieron baja a 121 lanzacohetes múltiples, 443 piezas de artillería de campaña y morteros y 991 unidades de vehículos militares especiales.
Por otra parte, Konashénkov precisó que los efectivos militares rusos liberaron a unos 300 ciudadanos y monjes que fueron tomados como rehenes por militantes del batallón ucraniano de Aidar en el monasterio ortodoxo de la Santa Dormición Nikolo-Vasílievski en el pueblo de Nikólskoye.
“Cuando este pueblo fue liberado por unidades rusas, algunos de los nacionalistas fueron liquidados, el resto se dispersó. Los rehenes y los edificios del monasterio no se vieron afectados», señaló el vocero.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego de que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En un discurso para informar sobre el inicio de la operación, el presidente ruso afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años.
Más adelante, el mandatario ruso formuló otras condiciones, como la necesidad del reconocimiento de la reunificación de Crimea a Rusia por parte de las autoridades ucranianas y el establecimiento de garantías de neutralidad militar de ese Estado.
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