Durante su primer discurso a la nación desde el Palacio de La Moneda, el flamante presidente chileno, Gabriel Boric, admitió que en el sur hay un problema y allí la solución no es ni será la violencia.
“Trabajaremos incansablemente por reconstruir las confianzas después de tantas décadas de abuso y de despojo”, dijo.
La comunidad originaria más grande del país es la mapuche y desde hace muchos años demanda la devolución de sus tierras ancestrales, ahora en manos de familias adineradas y empresas hidroeléctricas y forestales.
Durante los últimos tiempos se registraron allí ataques incendiarios, quema de maquinaria agrícola y de viviendas achacados a indígenas mapuche, pero los grupos originarios niegan su vinculación con tales actos.
Boric consideró injusto que se hable de un conflicto mapuche. “No señores, no es el conflicto mapuche. Es el conflicto entre el Estado chileno y un pueblo que tiene derecho a existir”.
El presidente declaró que priorizará el diálogo, la paz y el derecho como vía de solución a la situación en La Araucanía.
En su primer día en el cargo, el mandatario nombró al general de brigada Edward Slater como jefe de la Defensa Nacional para La Araucanía, mientras dure el estado de excepción decretado allí por el gobierno anterior de Sebastián Piñera.
Slater sustituye al general Luis Cuéllar, quien en enero pasado llamó a un enfrentamiento armado a los grupos responsabilizados con la violencia en la zona, posición criticada por Boric.
El presidente dio instrucciones a la ministra del Interior, Izkia Siches, de viajar esta semana a la región sur para conversar con los diferentes actores, con comunidades, víctimas de violencia, policías, Ejército, “para que tengamos un retiro ordenado de la militarización”, precisó.
Explicó que no renovarán el estado de excepción porque este es un problema que tiene una consecuencia de orden público, pero cuyo origen es político e histórico.
El fin de semana, el jefe de Estado recibió en el Palacio de La Moneda a representantes de las etnias yagán, lican antai, rapa nui, mapuche y diaguita.
En un mensaje publicado en Twitter, Boric señaló que “generar un trabajo intercultural y una nueva relación entre el Gobierno y los pueblos originarios es vital para la construcción de un Chile justo y digno”.
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