El flagelo de las drogas se extiende a todas las regiones geográficas, genera y reproduce ciclos de pobreza, violencia, diversas conductas criminales, exclusión social y delicadas situaciones sanitarias, precisó Díaz en su intervención que informó una fuente diplomátics.
Asistimos, además, conscientes de que será muy difícil resolver los problemas de la producción y tráfico masivo de drogas desde el Sur sin eliminar la demanda mayoritaria en el Norte, apuntó la vice titular.
Y agregó que hoy más que nunca es importante, reconocer y aplicar el principio de responsabilidad común y compartida.
Está claro que no se solucionarán los efectos y las graves consecuencias que genera este flagelo, en todas sus facetas, si se continúa politizando el problema mundial de las drogas, si se siguen militarizando países e irrespetando las soberanías nacionales, señaló.
Tampoco se resolverá a través de la legalización, o asumiendo las drogas como sustancias inofensivas, dijo la funcionaria.
Entender esto como una solución implica aceptar que los Estados no pueden o no quieren cumplir con sus obligaciones de prevenir, abordar y combatir las consecuencias y los delitos derivados de la producción, tránsito y consumo de drogas y la desprotección de la salud de sus ciudadanos, puntualizó Díaz.
Por estas razones, Cuba no favorece ese enfoque, que abre espacios de mayor peligro para la estabilidad de nuestras naciones y que puede incidir en otros crímenes trasnacionales igualmente complejos. Finalizó la viceministr de justicia de la isla caribeña.
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