El anuncio lo realizó el presidente Abdel-Fattah El-Sisi durante un encuentro con miembros del gabinete para analizar el tema, entre ellos, el primer ministro Mostafa Madbouly y los titulares de Agricultura, El-Sayed El-Quseir, y de Irrigación y Recursos Hídricos, Mohamed Abdel-Ati, precisó el texto.
Según cifras oficiales, esta nación norafricana, con 103 millones de habitantes, es el mayor importador de trigo del mundo con 5,5 millones de toneladas el pasado año, y el 80 por ciento de esa cifra provino de Rusia y Ucrania.
Como parte de la estrategia, a los agricultores se les ofrecerán incentivos adicionales por ardeb (150 kilogramos) de trigo entregado. En noviembre último, las autoridades incrementaron el precio de compra a 820 libras (unos 52 dólares) por cada ardeb con el fin de estimular una mayor producción.
Como parte de las medidas para enfrentar el problema, desde el viernes pasado se prohibió la exportación de trigo y otros alimentos básicos durante los próximos tres meses.
La medida fue adoptada por el Ministerio de Comercio e Industria, e incluye la venta al exterior de habas, lentejas, pasta y todo tipo de harina.
Hace unos días, el ministro de Finanzas Mohamed Maait estimó durante una entrevista con la agencia de noticias Bloomberg que el aumento de los precios mundiales de ese cereal costará a Egipto de 700 a 950 millones de dólares adicionales. Las reservas estratégicas actuales son suficientes para cubrir los próximos cuatro meses y se espera que tras la recogida de la siembra local, que comienza a mediados de abril, sumen cinco meses más, afirmó.
Recientemente, el titular de Abastecimiento y Comercio Interior, Mohamed Moselhi, minimizó los temores sobre una interrupción en el suministro debido la guerra.
Produciremos 5,5 millones de toneladas de trigo en la próxima temporada, dos millones más que lo alcanzado en 2021, aseguró.
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