En la continuación de los debates de la sesión 49 del Consejo, la relatora especial Fionnuala Ní Aoláin expresó preocupación por los resultados de la pesquisa, tras denunciar que en la base naval de Guantánamo, un territorio cubano ocupado, continúan detenidas 38 personas, en franca violación del Derecho Internacional.
Son hombres musulmanes, muchos de ellos sobrevivientes de torturas, sin que se beneficien de programas de rehabilitación para aliviar las consecuencias de esos tratos inhumanos y degradantes, advirtió aquí la relatora sobre la Promoción y Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales en la Lucha contra el Terrorismo.
Ní Aoláin señaló en el foro que esos individuos siguen “sufriendo un trauma espantoso, que representa una violación constante de sus derechos humanos fundamentales”.
A propósito del tema, la diplomática cubana Mirthia Julia Brossard aclaró al intervenir en el diálogo interactivo que los elementos citados del informe no tienen nada que ver con el gobierno de la isla, ya que se refieren a instalaciones militares de Estados Unidos enclavadas en una porción del territorio cubano ocupada ilegalmente.
Durante su presentación ante el Consejo de Derechos Humanos, la relatora especial mencionó la necesidad de mantener el seguimiento a la cuestión de las violaciones de los derechos humanos bajo el pretexto del combate al terrorismo.
Lo que se remonta a 20 años de los atroces atentados del 11 de septiembre en suelo estadounidense y de la primera transferencia de un detenido a Guantánamo.
Todos deberíamos sentirnos muy conmovidos frente a la realidad de los constantes arrestos arbitrarios, las torturas y los tratos crueles, inhumanos y degradantes, pese a los llamados inequívocos a ponerles fin, manifestó.
En ese sentido, Ní Aoláin recordó la repudiada práctica de simular el ahogamiento de una persona (waterboarding), y la justificación que se buscó para mantenerla en centros de detención controlados por Estados Unidos.
Los prisioneros estaban en lugares que parecían ataúdes, en confinamiento solitario, con un frío espantoso, muchas veces desnudos, sometidos a golpizas y sin dormir ni recibir tratamiento médico, agua y alimentos, dijo la experta, quien afirmó que varios países incurrieron en tales conductas.
Asimismo, precisó que el informe contiene nombres de víctimas y las circunstancias en las cuales se produjeron los hechos, con frecuencia también relacionados con ataques a las libertades religiosas, abusos sexuales y atropellos contra familiares.
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