El incremento será de un cuarto de punto porcentual, límite que será similar sucesivamente hasta el cierre del presente año, en una acción que pretende contrarrestar la inflación y que impulsará los costos de los préstamos a niveles restrictivos en 2023.
Para finales de este año el banco central estadounidense precisó en un comunicado que los tipos se sitúen en el 2,8 por ciento, por encima del 2,4 que, según los expertos, ralentizaría la economía.
De acuerdo con las previsiones del ente emisor la desaceleración económica ya está en marcha a la luz de los actuales riesgos globales, por lo que esperan un decrecimiento del producto interno bruto al 2,8 por ciento desde el cuatro por ciento adelantado en diciembre.
La FED precisó en el texto que la operación militar de Rusia en Ucrania ocasiona enormes dificultades humanas y económicas, cuyas implicaciones para la economía estadounidense son muy inciertas, pero a corto plazo crearán una presión adicional al alza de la inflación y pesarán sobre la actividad económica.
También aseguró que serán apropiados los aumentos continuos de las tasas de los fondos federales para frenar la mayor inflación en 40 años que vive hoy el país, y que amenaza con ser más persistente, lo cual retrasará abandonar las políticas de emergencia por la Covid-19.
A pesar de la decisión adoptada, la FED espera que la inflación se mantenga por encima del objetivo del dos por ciento, en tanto el desempleo debe caer al 3,5 por ciento este año, se mantenga el próximo y suba levemente al 3,6 en 2024.
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