Un declaración del ministro de Estado del ministerio de Finanzas, Ahmed Shide, trocó la preocupación por la inestabilidad y el desabastecimiento en el mercado de alimentos, sobre todo, en la esperanza que siempre provoca estar al corriente de qué hace un gobierno por el pueblo.
Según dijo, “las autoridades federales adoptaron varias medidas y proyectan estrategias con el propósito de estabilizar el mercado en general”, reducir la inflación y, al menos, frenar el deterioro económico.
No las enumeró, apenas anunció que “los próximos tres meses serán importados 150 millones de litros de aceite comestible, dentro de esfuerzos para mitigar el creciente precio de los alimentos”, y disparó las expectativas.
Y es que, sin explicación lógica aparente, el litro de dispares marcas de aceites vegetales comestibles pasó de costar unos 125 birr (2,45 dólares) a 200, mientras uno muy consumido aquí, el Omar, prácticamente desapareció.
Por razones religiosas, los etíopes nunca consumen cerdo, tampoco ganado bovino, ovino y caprino en algunos compases del año. El aceite vegetal es vital en la cocina, con cereales, hortalizas y café, y cuando escasea sobreviene una tragedia doméstica.
Shide, en conferencia de prensa, explicó que además de importar ese producto, el gobierno decidió apoyar a las industrias locales procesadoras de aceite de palma crudo, lo cual repercutió como un llamado a la tranquilidad.
Antes, comentó, eliminó aranceles de importación sobre algunas mercancías para enfrentar desafíos relacionados con los costos de vida, asunto debatido en el reciente congreso del gobernante Partido de la Prosperidad.
Ello, por ejemplo, posibilitó la adquisición de mil 400 millones de litros de aceite en el año fiscal 2020-2021, informó el Ministro, aunque no precisó si satisfizo la demanda nacional.
La mayoría, subrayó, “llegó a nuestro territorio sobre la base de Franco Valuta” (permiso para importar sin pagar divisas, que exige cumplir procedimientos implementados por empresas financieras y regulados por el Banco Nacional de Etiopía).
Marcada por el enfrentamiento contra el Frente de Liberación Popular de Tigray, una gran sequía en varias regiones e importantes asuntos interestatales, incluido el diferendo fronterizo con Sudán, Etiopía vive tiempos muy complicados.
Pese al contexto, dijo Ahmed, ya “gastó alrededor de dos mil millones de dólares para subsidiar combustible en el período financiero iniciado el último 8 de julio” y evitar así que su déficit o alza de precio contribuya a incrementar costo de bienes o servicios.
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