De cara a esa meta, el viceministro primero de Relaciones Exteriores de la isla, Gerardo Peñalver, también reclamó el respeto estricto a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, al intervenir en la instalación de la presidencia de Cuba de la Conferencia de Desarme.
“En nuestra condición de país en desarrollo, pequeño, insular, que ha resistido frente a todo tipo de asedios, amenazas, incluida la agresión militar, la guerra no convencional y un brutal bloqueo económico, comercial y financiero durante más de seis décadas, suscribimos y respaldamos con todo vigor los principios y normas del Derecho Internacional y defendemos la paz en todas las circunstancias”, subrayó.
Peñalver ratificó además la oposición sin ambages de la nación antillana al uso o amenaza de uso de la fuerza contra cualquier Estado.
A propósito de la actual crisis en Europa, el alto funcionario afirmó que Cuba continuará abogando por una solución diplomática seria, constructiva y realista, por medios pacíficos, que garantice la seguridad y soberanía de todos, así como la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional.
El empeño de Estados Unidos en continuar la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia ha conducido a un escenario con implicaciones de alcance impredecible, que pudo evitarse si se hubieran atendido con seriedad y respeto los fundados reclamos de garantías de seguridad de ese país, precisó.
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De acuerdo con el viceministro primero de Relaciones Exteriores, la humanidad vive una coyuntura desafiante y compleja, marcada por el impacto demoledor de la pandemia de la Covid-19, la cual ha profundizado las desigualdades estructurales y catalizado una crisis global multidimensional.
En su voz, Cuba alertó en Ginebra que crecen las amenazas a la paz y la seguridad internacionales, aumentan los conflictos y se imponen injustas e ilegales sanciones y medidas coercitivas unilaterales contra países en desarrollo.
Asimismo, denunció que se compromete la supervivencia de la especie humana con irracionales patrones de producción y consumo, y aumenta de manera exponencial una carrera armamentista en la que se dilapidan los recursos que deberían destinarse al desarrollo sostenible y a alcanzar la deseada inmunización global contra la Covid-19.
“El multilateralismo enfrenta enormes retos. En ese contexto, el papel de las Naciones Unidas, la cooperación internacional y la solución pacífica de controversias, resultan cada vez más relevantes”, sentenció Peñalver. jcm/wmr