Esta oleada de la enfermedad es la más grave ocurrida en Francia desde 2015, señaló el comunicado, y casi la mitad de los focos de infección se detectaron en la región noroccidental País del Loira, la segunda zona productora de aves de corral después de Bretaña.
A lo largo de los últimos cinco meses cerca de mil explotaciones se vieron contaminadas por el virus, y obligadas por las autoridades sanitarias a sacrificar todos sus animales, tanto enfermos como sanos, como medida preventiva.
El año pasado se registraron casi 500 brotes en granjas y el número de aves eliminadas llegó a 3,5 millones, y según las fuentes oficiales las elevadas cifras del presente año se deben al exponencial aumento de casos en País del Loira, nunca visto hasta el momento.
Según el último boletín de la plataforma francesa de vigilancia epidemiológica de la sanidad animal (ESA), las explotaciones afectadas son principalmente las de palmípedos, pero también otro tipo de aves como pavos, codornices, faisanes, pollos de engorde y gallinas ponedoras, incluyendo granjas de cría.
Un total de 34 países europeos se vieron afectados por el virus de este año, y además de Francia también el norte de Italia atraviesa una situación especialmente grave con 18 millones de aves sacrificadas.
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