La nave, bautizada Spirit of Discovery, del armador británico Saga, es la primera de su tipo en atracar en un puerto tunecino desde 2019, comienzo del desastre planetario causado por la letal dolencia, duro en especial para Túnez, cuyos mayores ingresos provienen del turismo.
A esas circunstancias adversas se suma una delicada situación interna marcada por la disolución del parlamento dictada a mediados del año pasado por el presidente Kais Saied para emprender una campaña de adecentamiento de la vida política nacional y contra la corrupción.
La nave transporta 724 pasajeros, la mayoría británicos, además de alemanes, italianos y españoles, según el manifiesto.
Estimados de las autoridades turísticas cifran en unas 40 las embarcaciones del mismo tipo que llegarán a Túnez en el curso del presente año, un impulso a la reanimación de la industria sin humos nacional, proveedora de alrededor del 60 por ciento de los ingresos de la alicaída economía nacional.
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