«A mí me tuvieron aquí encarcelado cuatro años y dos meses de forma injusta y estoy dando la cara nuevamente al pueblo de Guatemala», expresó a las afueras del centro penitenciario de Cobán ante un grupo de familiares, compañeros de lucha y prensa.
El día de hoy se está escribiendo historia, una vez más le hemos demostrado al mundo la forma en que han criminalizado a los líderes aquí. La persecución contra el pueblo maya Q’eqchi‘ es enorme, aseguró.
Caal denunció que existen miles de órdenes de captura en contra de hermanos en cada una de las comunidades originarias.
«El pueblo no debe de olvidar la persecución que estamos viviendo los indígenas tan solo porque el capitalismo voraz, asesino, discriminador y racista quiere el saqueo de los recursos naturales», puntualizó.
El defensor de los derechos humanos, liberado por buen comportamiento, recordó que en su caso la criminalización fue por denunciar el secuestro del río Cahabón sin consulta.
«Hoy es un triunfo sobre la criminalización, dijo, porque tal vez esperaban que en la cárcel nos estarían derrotando e iba a terminar la lucha, pero esta nunca cesará», puntualizó el líder.
«Yo siempre sonreí allí, estaba seguro que algún día saldría y le hablaría nuevamente a mi pueblo con la cara en alto», recalcó.
Caal recordó que las empresas hidroeléctircas OxEec fueron las que fabricaron los delitos en su contra, que llevaron a una condena de siete años y cuatro meses en 2018.
Me acusaron de robo, de detenerlas varias horas bajo la lluvia, tan solo porque les gané el amparo en la Corte de Constitucionalidad y en la Corte Suprema de Justicia por no hacer las consultas correspondientes para instalarse sobre el río Cahabón, rememoró.
«Y desde acá les estoy diciendo que están instalados ilegalmente, esa es materia pendiente, porque la lucha de los pueblos originarios continúa», subrayó Caal.
El maestro, sindicalista y preso de conciencia, tuvo palabras de agradecimiento para todos los que le acompañaron en la campaña por su liberación, tanto organizaciones nacionales como internacionales, familia de sangre y compañeros de lucha.
«La persecución va a continuar, por eso debemos organizarnos e impedir que más hermanos sufran lo que yo sufrí sin haber cometido algún delito», exhortó en un video colocado en su cuenta personal en la red social Twitter justo cuando abandonaba el encierro.
Lo que toca ahora, indicó, es socializar toda esta experiencia. La lucha sigue y hay que seguir adelante.
Ese mismo ánimo mantuvo en todo momento en sus cartas, escritas a mano desde la cárcel para alzar su voz sobre diversos sucesos sociales y políticos del país.
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