La estatal Agencia Brasil indicó que la pesquisa comenzó a petición del fiscal general, Augusto Aras, tras relatos en la prensa sobre un supuesto favoritismo en la liberación de recursos del Fondo Nacional para el Desarrollo de la Educación, organismo vinculado a la cartera del sector.
Un informe del periódico Folha de Sao Paulo dio a conocer el 21 de marzo un audio en el que Ribeiro admitió favorecer un pedido de Bolsonaro y de ayuntamientos de municipios vinculados a dos pastores amigos del gobierno.
En otra indagación, la policía inquiere sobre presuntas irregularidades. La institución del orden recibió el jueves un informe de la Contraloría General de la Unión (CGU).
Según el organismo, los hechos se averiguan desde el pasado año, antes de publicarse la grabación.
El 27 de agosto las denuncias fueron recibidas por la CGU y tratan de posibles anomalías que estarían ocurriendo en eventos realizados por el Ministerio de Educación y sobre el ofrecimiento de ventajas indebidas, por parte de terceros, para la liberación de fondos.
La contraloría concluyó que los funcionarios públicos no estaban implicados en las presuntas irregularidades y envió el caso a la Policía Federal, que abrió una investigación penal.
El asunto es indagado asimismo en el ámbito civil por la Fiscalía Federal. El Tribunal de Cuentas realizará una auditoría extraordinaria en el ministerio.
La Comisión de Educación del Senado comunicó que quiere escuchar a Ribeiro el jueves próximo.
Inicialmente la solicitud del senador Randolfe Rodrigues, aprobada en el colegiado, hablaba de convocar al funcionario, pero, ante el dictamen de apelación del asambleísta Wellington Fagundes, el pedido se transformó en una invitación.
El cambio en la naturaleza de la demanda ocurrió después que el presidente del Movimiento Democrático Brasileño, Marcelo Castro, apuntó que la comisión recibió una carta de Ribeiro en la cual se pone a disposición para aclarar la grabación.
De acuerdo con el diario O Globo, los aliados de Bolsonaro en el segmento evangélico desataron en los últimos días un esfuerzo concentrado para convencer al gobernante de que acepte la licencia de Ribeiro mientras duren las investigaciones.
Hasta la fecha, el mandatario de tendencia ultraderechista sostiene que el ministro es inocente y que solicitó la apertura de una pesquisa antes de salir a la luz las imputaciones.
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