El portavoz del ente castrense, mayor general Ígor Konashénkov, reportó que otras bajas fueron 24 bases de operaciones y zonas de concentración de material bélico, mientras la aviación y los sistemas de defensa aérea derribaron dos aviones de combate Su-24 y un Su-25.
Además, resultó eliminado un helicóptero Mi-8 que se dirigía a la ciudad ucraniana de Mariúpol para evacuar de emergencia a los comandantes del batallón nacionalista Azov.
En total, desde el inicio de la operación en Ucrania, las fuerzas rusas inutilizaron 123 aviones y 74 helicópteros, 309 drones, mil 721 tanques y otros blindados, 172 sistemas de lanzacohetes múltiples, 721 piezas de artillería y morteros, así como mil 568 vehículos militares.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el inicio de la operación, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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