Según el diario Global Times, la propiedad está ubicada en la sureña ciudad de Shenzhen, costó 400 millones de yuanes (casi 63 millones de dólares) y ahora está disponible por solo 280 millones de yuanes (más de 44 millones de dólares).
Esta es la segunda residencia que el empresario vende para obtener el efectivo necesario para saldar las inmensas deudas de Evergrande e incluso desde el año pasado destinó más mil millones de yuanes (más de 157 millones de dólares) de su fortuna al mismo objetivo.
Meses atrás se supo que el Gobierno chino pidió a Hui, uno de los principales multimillonario del país, de usar su patrimonio personal para aliviar la crisis financiera de la firma.
Los problemas de liquidez de Evergrande conllevaron a deudas internacionales por encima de los 300 mil millones de dólares y hasta impactó en el lento crecimiento de la economía china en el tercer trimestre de 2021.
Incluso, Hui dijo en una ocasión que si bien intentaría discutir con sus acreedores la renovación o extensión de todas las deudas, no garantizaba ser capaz de cumplir con las obligaciones financieras.
Pese a la inquietud que despertó la cuestión de Evergrande, las autoridades chinas aseguraron que los riesgos del mercado seguirán bajo control, no afectarán mucho a las necesidades razonables de capital y solo se esperan impagos, cierre de algunos sitios de construcción e incertidumbre en la entrega a tiempo de viviendas pagadas por adelantado.
En ese contexto, el Estado expandirá un plan piloto de reforma del impuesto a la propiedad, en un esfuerzo por contener la especulación inmobiliaria aquí.
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