A menos de un mes de que entre en vigor la orden ejecutiva del presidente Joseph Biden que prohíbe la compra de crudo y sus derivados a la nación euroasiática, la EIA recogió en su informe semanal que del 19 al 25 de marzo Washington adquirió alrededor de 100 mil barriles diarios (BD).
Esa cantidad supera a los 70 mil BD traídos desde Rusia en la semana precedente, refiere la publicación.
Las importaciones de combustibles rusos se han comportado de manera inestable este año, con varios periodos de suspensión, de acuerdo con datos de la EIA.
A principios de marzo el suministro semanal alcanzó su valor máximo en 2022, al registrar un promedio de 148 mil BD, justo antes de que el mandatario estadounidense firmara la normativa que igualmente impide nuevas inversiones en el sector energético ruso.
El 22 de abril vence el plazo dado por el Departamento del Tesoro norteamericano para completar las transacciones para la importación de crudo, productos derivados, gas natural licuado y carbón, aunque queda una ventana abierta debido a los acuerdos de importación de petróleo con el Consorcio del Oleoducto del Caspio.
Estos convenios mantienen vigencia, pues el decreto de Biden permite la importación de portadores de energía no rusos que transitan o se exportan desde Rusia, precisó la agencia Tass.
Según un informe de la EIA del 22 de marzo de este año, Estados Unidos importa actualmente una parte relativamente pequeña de petróleo crudo de Rusia, pero los derivados: aceites sin terminar y fuel oil, representan una parte mayor, pues son utilizados como complemento del proceso de refinación.
En 2021 las compras a Rusia representaron el ocho por ciento de todas las importaciones de petróleo de Washington, y más de la mitad fueron aceites sin terminar.
jha/kmg