Los militares ingresaron a la vivienda de Diaa Hamarsheh, en el poblado de Yabad, cerca de la norteña ciudad de Jenin, precisaron fuentes castrenses, citadas por la prensa nacional.
Hamarsheh mató anoche a cinco personas en la localidad ultraortodoxa de Bnei Brak.
Las autoridades israelíes de forma sistemática demuelen las casas de los atacantes palestinos al afirmar que son un elemento disuasorio clave para detener a eventuales acciones de ese corte.
Sin embargo, los palestinos y los grupos de derechos humanos condenan esa estrategia al considerar que es un castigo colectivo porque afecta a muchas personas que no tuvieron ninguna participación en los incidentes.
Varias milicias palestinas afirmaron que el nuevo ataque es una respuesta a las sistemáticas violaciones cometidas por las tropas de Tel Aviv contra los habitantes de la franja de Gaza y Cisjordania.
“Responder a los crímenes y el terrorismo de la ocupación es un derecho legítimo de todo nuestro pueblo hasta que la ocupación sea eliminada de nuestra tierra”, afirmó en un comunicado el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).
Miembros del gabinete israelí, entre ellos el ministro de Defensa Benny Gantz, amenazaron con represalias.
El 22 de marzo, cinco israelíes murieron, entre ellos el agresor, en un ataque con arma blanca en la sureña ciudad de Beersheva.
El domingo último dos hombres mataron a dos agentes de la Policía de Fronteras e hirieron a otras ocho personas al abrir fuego en la norteña ciudad de Hadera. Ambos fueron neutralizados luego.
En esos dos casos los agresores eran ciudadanos árabes-israelíes vinculados a la agrupación radical Estado Islámico. oda/rob