El gobierno estadounidense evalúa poner fin en el mes de mayo a las restricciones al asilo implementadas por el expresidente Donald Trump con el pretexto de evitar la propagación de la Covid-19, una orden conocida como Título 42.
La administración prevé que los intentos de cruzar el límite fronterizo entre Estados Unidos y México sean más numerosos tras la revocación de esa política, ampliamente criticada por defensores de los inmigrantes y legisladores progresistas por ser utilizada para expulsar a los indocumentdos sin siquiera solicitar asilo.
Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) informaron este martes que se preparan para recibir hasta 18 mil indocumentados diariamente si se levanta la medida de la era Trump.
Según The Hill, el gobierno está a las puertas de una nueva crisis política en caso de que esa cifra se haga realidad y esas personas sean detenidas en condiciones precarias.
Los republicanos creen que Biden tiene vulnerabilidad en el tema de la inmigración y citan el creciente número de cruces fronterizos como muestra de que el jefe de la Casa Blanca es blando con la inmigración ilegal.
Una encuesta de Economist-YouGov publicada este miércoles mostró que el 52 por ciento de los estadounidenses desaprueba el manejo de la problemática migratoria por parte del ocupante del Despacho Oval, mientras que solo el 33 por ciento lo aprueba.
Además, el sondeó mostró que para el 83 por ciento de los entrevistados la inmigración era importante para ellos y para el país.
A pesar de las promesas de revertir las políticas migratorias más restrictivas de Trump, el actual jefe del ejecutivo recibe múltiples críticas por mantener el Título 42, cuya permanencia según el mandatario no depende de él, sino de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los republicanos, por su parte, utilizan la creciente llegada de inmigrantes para atacar a sus adversarios de cara a las elecciones legislativas de noviembre, en las cuales los demócratas corren el riesgo de perder el control del Congreso.
A solo siete meses de los comicios, el partido identificado con el color rojo aprovecha para sacar ventaja y lanzan mensajes sobre “los horrores de la crisis de fronteras abiertas de Joe Biden”.
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